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El artículo toma en consideración la relación médico-paciente y la cada vez más creciente exigencia de una Medicina humana. En particular, el autor se detiene en la figura del enfermero, presen- cia insustituible al lado del lecho del enfermo; y sobre la importan- cia de una efectiva colaboración con el médico. El diálogo médi- co-enfermero es un recurso de informaciones, no sólo técnicas, importante también para el médico. El enfermero es un puente entre el médico y el enfermo, entre el médico y los familiares. Es aquel que, desde el inicio, acoge al enfermo en su difícil camino de enfermedad. La Medicina, si quiere ser verdaderamente hu- mana, debe acoger las palabras de los enfermos, también aque- llas que emergen de los libros de Literatura, del Cine o del Arte. En primer plano la experiencia de vida de médicos y enfermos, tomada a través del proceso empático que la obra suscita en el lector. La enfermedad es vista como condición existencial que pide al médico incluso solamente sujetar una mano.