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El desarrollo tecnológico de las últimas décadas ha abierto nuevas posibilidades creativas y de comunicación en los ámbitos científico, intelectual y artístico. Pero su materialización, a través de las obras multimedia, el software, las bases de datos o la comunicación electrónica, ha planteado el problema de su protección y la de sus creadores. El derecho de autor, por tanto, ha exigido una revisión de sus planteamientos con este fin. En la era de la comunicación global, la Unión Europea (UE) y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) se han propuesto la incorporación de dichas novedades a sus sistemas de propiedad intelectual, avanzando algunos pasos para su protección. Su estudio y análisis constituye el objeto de este artículo.